- Tamizar la harina, hacerle un hoyito y verter los huevos batidos, una pizca de sal y una cucharada de agua tibia.
- Mezclar con un tenedor y batir enérgicamente durante 10 minutos hasta que la pasta se vuelva elástica y lisa. Formar una bola, enrollarla en papel de cocina transparente y dejarla reposar alrededor de 1 hora.
- Lave varias veces las espinacas y hágalas cocer durante varios minutos con el agua que le ha quedado por encima al lavarla. Escúrralas bien y trocéelas.
- Añada la ricotta, los huevos, un poco de nuez moscada en polvo, sal y pimienta. Mezclar con cuidado los ingredientes hasta obtener una mezcla homogénea.
- Divida la pasta en cuatro trozos y con una máquina para hacer pasta, haga de cada trozo una tira lisa. Sobre el largo de la tira, disponga una cantidad de relleno equivalente al tamaño de una cereza, a una distancia de 4 cm.
- Doble por encima el trozo de pasta que queda libre y apriételo con los dedos alrededor del relleno para hacer salir todo el aire y cerrarlo perfectamente.
- Forme raviolis (cuadrados o rectangulares) cortándolos con una rueda dentada cortante y póselos encima de un trapo de cocina enharinado. Sumérjalos en mucha agua hirviendo salada y déjelos cocer durante algunos minutos.
- Sáquelos con una espumadera.
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