Cortar una cebolla grande por la mitad y laminarla para obtener tiras largas. Pasarlas por la sartén unos instantes para ablandarlas y luego caramelizarlas para conseguir una textura crujiente.
Cortar las bolas de mozzarella por la mitad a lo largo y rebozar los cuatro trozos con las semillas de amapola.
Disponer la mozzarella en el plato y decorar el cuerpo negro de la “araña” con unas tiras de cebolla. Usar los tallos de cebollino para crear las patas de la araña, cuatro a cada lado.
Por último, cortar las aceitunas por la mitad y fijar los ojos de cada araña con unos trocitos de palillo.
Servir como entremés frío.